Consideración turística del Camino de Santiago siglos XV a XVIII
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El Camino de Santiago es todavía un hecho físico. Es todavía un hecho cultural, que rebasa, incluso, su mera consideración religiosa. Hablamos del Camino de Santiago real y verdadero, recién recorrido a pie, paso a paso, a lo largo de sus más de setecientos kilómetros; no del mito, del tópico, del Camino conocido de oídas o por citas de tercera mano. Hablamos de ese conjunto de naturaleza, historia, arte, trato, mesa, conocimiento, conciencia que, hay que insistir, existe todavía en la realidad, aunque amenazado por la discontinuidad, herido por la agresividad de los suelos, ciego de señalización precaria cuando no carente. Está vivo porque, pese a todo, aún hay quien lo anda. Pero morirá, se convertirá en vestigio y en cita acreditativa de oradores mentecatos el día en que resulta, por impracticable, por interrumpido, por confuso, una cosa abstracta que dicen que iba por los montes, o bien otra cosa que se ha llevado al asfalto: una vulgar y mocha falsificación.